martes, 19 de noviembre de 2013

Tildar o no tildar (that’s the question)

Leo un poema de cuatro versos que alguien publica en una red social. No tengo claro si el autor ha querido escribirlo en pretérito perfecto simple o en presente de subjuntivo. La lógica, el contexto, dicen que quiso escribirlo en pretérito (“canté”), pero la ausencia de tildes obliga a leerlo en presente de subjuntivo (“cante”). Para más inri, en uno de los versos aparece un sustantivo con su correspondiente acento ortográfico (“lágrima”, “pátina”, “máquina”, ahora no recuerdo), lo que parece incidir en la idea de que fue escrito en presente de subjuntivo, ya que, gracias a la tilde de ese sustantivo, sabemos que no es la renuncia a tildar lo que lleva al poeta a prescindir de las tildes en los verbos del poema. Lo gracioso es que al leer el poema en “modo subjuntivo”, siendo un poema malo, tiene su gracia (a pesar de o gracias a alguna que otra discordancia). En cambio, leído el poema en su “modo pretérito”, es decir, aquel al que la lógica, el contexto, parecen remitir, además de malo y sin gracia, resulta previsible, obvio. Pienso que la ausencia de acentos ortográficos en los verbos del poema ha sido motivada por un descuido por parte del poeta. ¿Un descuido? También existe la posibilidad de que el poeta en cuestión desconozca las reglas básicas de acentuación en castellano. Esta posibilidad me lleva a la siguiente cuestión: ¿Es posible ser un buen poeta y desconocer las reglas básicas de acentuación? Seguro que sí. ¿Era un buen poeta el autor del poema del que aquí hablamos? Seguro que no. 

ULTIMA HORA, 19/11/13