miércoles, 22 de enero de 2014

Este cochino ladrón. Algo sobre Momentos estelares

A todos nos llega el momento nada estelar del autobombo. Los hay, incluso, que somos reincidentes. Tal vez pensaba en este tipo de cosas Artaud cuando dijo lo de la cochinada. No sé, estoy hablando de memoria. No importa. Simplemente quería decir que me hizo mucha ilusión leer lo que Pedro Andreu escribió una vez finalizada la lectura de Momentos estelares. Tanta ilusión me hizo el comentario (vertido en Facebook) que he decidido traerlo aquí. Ya sé: soy un cochino. Sabrán perdonármelo las cincuenta o sesenta personas que recalen en esta entrada. En fin, Pedro, gracias por tus palabras. Y perdona a este cochino ladrón:

“Ayer noche disfruté de los Momentos estelares de Javier Cánaves. Un poemario que hace juicio a su título, con algunos poemas inolvidables, francamente "estelares". Leer a Javier es un gustazo que a veces me provoca incluso envidia. Sus versos cada vez destilan más una mezcla difícil de compleja sencillez y oscuridad luminosa, una ironía afilada como un cuchillo japonés, un juego de referencias metaliterarias que nunca resultan artificiosas... Enhorabuena, Javier Cánaves por un libro tan desnudo y perfecto que parece sencillo como una piedra, como una pedrada en los dientes del alma. Un poemario tan trabajado y profundo, pero que, sin embargo, se muestra tan desnudo (sin apenas arquitectura interior, sin división en partes, sin...) no es algo fácil de conseguir. Nada fácil. Pero él lo logra”.

Para rematar la entrada, meto aquí el enlace al blog Insólitos, administrado por Joaquín Piqueras, donde puede leerse un poema de Momentos estelares, concretamente el titulado:



Besos.